Para ocultar lo que pasa en Venezuela
En el articulo ¿Un nuevo Chávez? Publicado en la Voz del Interior leemos con asombro como su autor Gustavo Scarpetta oculta los ejes centrales de la política venezolana.
Sobre un conjunto de afirmaciones sin asidero en la realidad se van superponiendo o agregando análisis que tratan de ir actualizando las nuevas circunstancias con cada coyuntura. Aquí la excusa es el cambio de gobierno en los Estados Unidos. Se especula con la posibilidad de un cambio en la relación a partir del posible triunfo demócrata.
Todo el análisis se basa en la imposibilidad de repetir con los candidatos demócratas el trato que le ha venido dando el presidente Chávez a Bush.
Se toma ese elemento como un eje de la construcción política.
No se dice nada del cambio estructural que viene realizándose en Venezuela. Del comienzo de la construcción de otro país, de otra sociedad. De la construcción del socialismo del siglo XXI. De la necesidad de identificar claramente los mecanismos de la economía dominada por los Estados Unidos y sostenida dogmáticamente por el neoliberalismo. No se puede desconocer el eje central de la política Bolivariana.
Luego, el tipo de relación que desarrolle con diversos países entre ellos EEUU tendrá que ver con los perfiles y características de cada gobierno en particular.
En la construcción que lleva delante el pueblo venezolano no cabe duda, más en la etapa inicial, de la necesidad de diferenciar claramente los principios que orientan su voluntad expresada en las elecciones.
La necesidad de sentar las bases de un sistema social y económico profundamente humanista requiere también una constante y clara denuncia contra un régimen genocida.
Entonces ¿Qué nuevos rumbos políticos? ¿El abandono de la construcción del socialismo del siglo xxi? ¿Marcha atrás con la reforma constitucional? Todo esto por que cambia la administración en el país del norte. Podrá cambiar de estilo pero dependerá de las políticas que implemente esa administración y de que se planteen también ellos con relación a los países sudamericanos en particular con Venezuela.
Pero no serán nuevos rumbos políticos podrá haber más o menos énfasis en las denuncias hacia el sistema de opresión norteamericano.
En definitiva proponer que un cambio de énfasis o de estilo también relacionado con el perfil de los nuevos interlocutores supone un cambio de política lo único que hace es ocultar el proyecto bolivariano.
No se puede desconocer que se esta implementando internamente el cambio de modelo por uno de inclusión y de justicia social. Reformulando la matriz productiva que durante el neoliberalismo sólo se centro en la extracción del crudo en manos de compañías extranjeras y de las burocracias de PDVSA que pagaron cifra irrisorias por la riqueza extraída sin reinversión ni investigación de nuevas cuencas.
Además tratar de explicar la vocación de dialogo y las gestiones para mediar en el canje humanitario de los secuestrados en manos de las FARC como táctica para recuperar el supuesto desgaste sufrido por la no renovación de la licencia del canal golpista, es solamente hacer de vocero de los grupos monopólicos de la información.
Para leer críticamente opiniones como estas que esconden y ni siquiera mencionan los hechos centrales de lo que se supone están analizando.