Otra vez la inflación
Cuando uno lee las estadísticas del índice de precios que publica el Indec quiere encontrar en donde sea un comportamiento de los precios tal como allí figuran. Pero es un esfuerzo vano, no hay un barrio, ni una ciudad, ni una cadena de supermercados ni siquiera una almacén donde podamos encontrar esos precios. Eso no ocurre en la realidad sólo es posible en un ámbito de ficción: el barrio oficial.
Más allá de todas las especulaciones oídas en torno a los precios y las consecuentes desmentidas o aclaraciones el tema es preocupante no sólo por lo que significa sino por lo que se avizora en el futuro inmediato.
La existencia del problema ya no es la discusión de un índice, el presidente del banco central, Martín Redrado, dejó sentada su preocupación por el tema inflacionario.
Hace un tiempo parecía como discutir con alguien de otro país, ya que se negaba la constante alza de los precios. Parecía que quienes hacían esas declaraciones nunca habían pasado ni cerca del almacén o del supermercado.
A esa situación se agradaba aquí en nuestra provincia la más absoluta pasividad por parte del gobierno que como es su concepción ideológica, no hacia absolutamente nada para, por lo menos, verificar el cumplimiento de los acuerdos de precios pactados entre los distintos sectores y el gobierno nacional.
No fueron capaces ni siquiera de fotocopiar y distribuir la lista de los precios acordados, menos aun para constatar si se implementaba.
No es que haya faltado capacidad o medios, falta voluntad política.
Hay problemas reales que explican el porque de las subas. La subida de los precios internacionales de los commodities afecta en gran medida a la canasta familiar ya que esta compuesta por muchos de esos productos y sus derivados.
El otro gran problema es un tema estructural. La formación oligopólica de la industria de la alimentación y de las proveedoras de los principales insumos.
Con este panorama por delante se comprende como la política definida por el gobierno en materia de control de precios peca por voluntarista y se demuestra a todas luces como insuficiente.
Hasta acá el aumento generalizado de los precios absorbió la recuperación salarial que se había ido logrando durante el año.
Se prevé un fuerte aumento para el último trimestre por parte de los sectores industriales para cubrirse de antemano ante una posible concertación sobre precios que convoque el próximo gobierno.
Ya se tienen datos acerca de acopio realizado por sectores comercializadores que ven venir una suba importante.
Un panorama inquietante que va requerir una fuerte intervención del estado para poder encausarlo, dejarlo librado a otros mecanismos sería tirar por la borda las avances en la recuperación de nuestro país después de la crisis.